top of page

 

YO HE VENCIDO

Juan 16:33

 

Esta palabra nos hace entender y nos anima a seguir adelante en

medio de este mundo en el que vivimos. Nos ayuda a entender cómo

vamos a vivir como creyentes en este mundo, en esta realidad. Estamos

vivos y tenemos que vivir nuestra nueva vida con propósito en este mundo

caído. Y podemos vivirla conforme a la Verdad del Señor Jesucristo.

Encontramos aquí dos posiciones, una es la vida en este mundo en el

que vivimos con sufrimientos y otra posición es la vida en victoria sobre

este mundo.

Este mundo es así y no cambia.

Todo lo contrario, irá a peor porque ya la Palabra del Señor nos avisó

de que la maldad aumentaría. Este mundo es así, imperfecto, malo, injusto,

cruel. Este mundo lo que viene a ocasionar a sus habitantes es presión y

más presión, lo que nos lleva a vivir en aflicción, en sufrimiento. Y este es

el mundo en el que vivimos los que creemos en Jesucristo.

Vivimos presionados.

La propia debilidad nos causa presión. Situaciones que no hemos

resuelto bien en nuestro interior y nos llevan a un determinado

comportamiento, que nos mete en problemas y nos daña y también crea

problemas a otros y hace daño a otros. Vivimos constantemente

presionados por lo que somos; presionados por nuestra alma que está

viciada y tropieza.

Vivimos presionados por la propia naturaleza de nuestro ser.

Sufrimos por causa de la enfermedad y el envejecimiento.

Este mundo presiona con la propia naturaleza, que no funciona como

debiera funcionar y provoca daños. Esta naturaleza es hostil.

Vivimos presionados por los accidentes a los que estamos expuestos.

Los accidentes son errores, fallos, sean humanos o sean de las máquinas

que hemos construido.

Y vivimos presionados por causa de la maldad. La maldad está en el

ser humanos y hace sufrir.

El Señor Jesucristo nos dijo que este es el mundo en el que vivimos

como creyentes y este mundo provoca aflicción.

 

Pero Jesucristo nos dice que confiemos porque él ha vencido al

mundo.

Este mundo que es como es y seguirá siendo como es, ha sido

vencido por Jesucristo. Él viviendo como un ser humano y

experimentando todo como un ser humano, ha vencido a todos los poderes

que gobiernan este mundo.

Este mundo ha sido confrontado, superado y vencido por Jesucristo,

y lo ha hecho como verdadero hombre. Él sufrió la necesidad, el abandono

y soledad, la tentación, la persecución, injusticia y maldad. Todo esto vino

para ejercer presión sobre Jesús y Jesús subyugó todo esto, lo puso bajo

sus pies.

Ahora bien, si el mundo es así y provoca sufrimientos, pero Jesús ha

vencido al mundo, yo como creyente ¿Dónde me encuentro? ¿Cómo

camino por este mundo lleno de sufrimientos? ¿Cómo paso de esa presión

a esa victoria?

Jesús nos da la respuesta: “En unión conmigo tendréis paz”.

En un mundo así, pero vencido, podemos posicionarnos en la mejor

de las posiciones, y es caminar en comunión con el Señor. Caminar en la

victoria del Señor. Las respuestas y soluciones a nuestros sufrimientos no

están en el propio mundo sino en Jesucristo. Si hay una victoria, si hay una

fortaleza, si hay una sabiduría, si hay un consuelo, están en mi unión con

él.

En mi comunión con él yo puedo estar con paz en medio del

sufrimiento, es decir puedo creer y decir: Jesucristo, tú estás al control.

Jesucristo no está ofreciendo unos consejos de superación personal,

ni una terapia que en determinada sesiones nos ayudarán a salir victorioso

del problema, ni nos añade a un grupo donde podemos aprender a actuar

en el sufrimiento por medio de las experiencias de otros. Jesús no está

ofreciendo una receta mágica para vencer los sufrimientos en este mundo.

Y no lo hace porque estas son soluciones venidas del mismo mundo que

nunca podrán vencer al mundo.

Jesucristo nos está ofreciendo la verdadera victoria, su victoria. Y nos

la ofrece por medio de la comunión con él y por conducirnos en una vida

como él la vivió. Esto es lo que de verdad nos hará ser más que

vencedores.

 

¿Cómo afronto y aún supero los sufrimientos? Unido a Jesucristo y

viviendo como él. Es entonces que recibimos ánimo, fuerzas en el alma

aunque ya no nos queden ningunas, y aun valentía para seguir caminando

sin desmayar esclavos del miedo.

Entendamos que en comunión con Jesucristo significa que él está. No

nos abandona. Su presencia es real y de continuo con nosotros. Esto trae

confianza.

Significa que viene con nosotros, camina con nosotros, entiendo lo

que vivimos. La situación que vivimos, que experimentamos, él la va a

caminar a nuestro lado y él ya la vivió, no le es extraña ni le toma por

sorpresa. Esto trae un poderoso consuelo.

Y significa que él hará. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los

siglos, suyo es todo el poder y él es misericordioso. Él puede ayudarnos

con una obra poderosa en nuestro favor. Esto trae esperanza.

La victoria de Jesucristo no fue una victoria para un tiempo y para

una determinada gente, sino que tiene repercusiones para todo aquel que

en él crea. Su victoria se aplica a nosotros por fe.

La mejor forma de vivir en este mundo y transitar por los

sufrimientos que provoca es en comunión con Jesucristo. Hoy es tiempo

de iniciar tu comunión con Jesucristo o de restaurarla si es que tu relación

con él vino a menos.

 

 

bottom of page